But We Digress...

Cuando una historia (un libro, una película, una serie) está terminada y funciona, da la impresión de que los autores no han hecho más que prestar "sus voces" para contar la historia de unos personajes ya existentes. No nos los podemos imaginar de ninguna otra forma. Casi nunca tenemos en cuenta que esos personajes han pasado por un largo proceso antes de acabar teniendo la forma que tienen, antes de actuar como actúan. En algún momento estuvieron a punto de ser eliminados de la historia, o transformados en su contrario por exigencias del guión, o incluso, ya recién nacidos, son esos mismos personajes los que con su mera existencia dan un giro nuevo a toda la trama.


Esta entrada iba a ser una sucesión de caras de personajes principales con una breve explicación de quienes son, cuál es su parte en la historia, algunos datos que sugieran sin anticipar demasiado... bueno, eso igual lo hacemos otro día.

Estas caras son los personajes que en un primer momento sólo fueron poco más que conceptos tipo: "Para contar esta historia necesito un protagonista... hmmm femenino... o bueno, masculino, que se enfrente al antagonista... o mejor, que se acabe uniendo a él, y ambos se enfrenten a un tercero que es muy machito... o no, igual ahora es una chica que pretende dominar el mundo... o ya que estamos, toda la galaxia". Ay, esos momentos de pura creación titubeante, amigos.

Después se le da nombre a cada uno de esos personajes conceptuales, y esos nombres quizá sugieren matices de su personalidad. El guionista tiene una idea de su aspecto físico y se la describe lo mejor que puede al dibujante. Y todo se transforma de nuevo. Porque lo que él dibujante imagina ya no es exactamente lo que tenía en mente el escritor, sino algo, por lo general, diferente y sugerente que a su vez evoca cosas nuevas (y para bien o para mal, obliga a desechar otras, ahora obsoletas, claro).

Pues eso, que es curioso como ciertos personajes destinados a tener cierto peso en la historia casi desaparecen en la versión final, y como otros que empezaron como secundarios, suben a los primeros puestos porque su diseño es demasiado atractivo como para dejarlo escapar, o su pequeño argumento empieza a cobrar fuerza y acaba convirtiendose en la columna vertebral de la historia.

Otras veces, darle la vuelta a un personaje y otorgarle la personalidad contraria a lo que su físico sugiere, o cambiarle el sexo o la nacionalidad, o el color de la piel o del cabello, pueden aportar muchas cosas a algo que estaba a punto de ser bueno, pero que aún no acababa de cuajar.
En ocasiones esto también puede ser un error. Si nos preguntáis, solo la existencia de las fechas de entrega nos salva del retoque infinito.

Óscar.